En días donde es
furor la serie de Ayrton Senna en Netflix, me surgió una
pregunta: ¿Por qué el piloto brasileño es tan amado en Argentina? Es
más, Ayrton debe ser el deportista no argentino más idolatrado
en nuestro país. El único que se le podría acercar es Michael Jordan,
otro atleta que atravesó por completo su disciplina. Jordan es “más que un
basquetbolista”. Y Senna lo mismo: está en el póster de los amantes de
los fierros... Y del resto también. Me incluyo en la segunda
lista y voy a dar mi humilde versión sobre el amor desenfrenado por “Beco”, como lo llamaban en su círculo familiar.
A falta de pilotos nacionales en gran parte de
la era moderna de la Fórmula 1, los argentinos se volcaron por un referente
sudamericano en la categoría principal: ese fue Ayrton Senna da Silva. Es más, no
sorprende que un cuarentón asegure que su “último ídolo de la
F1 fue Senna” y seguramente recuerde con notable precisión en qué lugar estaba
el día del fatal accidente en Ímola. “Dejé de ver la Fórmula 1
cuando se murió Ayrton”, es otra de las contundentes afirmaciones
que he escuchando más de una vez.
Hemos escuchado en estas semanas, con la “fiebre Colapinto” a flor de piel, a muchos analistas del deporte motor comparar los inicios del pilarense con los del paulista, ya que los dos pusieron primera en la F1 comandando el peor auto de la parrilla (Senna con Toleman y "Colapa" en Williams)… ¡Y hasta se parecen físicamente!
Y no los voy a engañar… La mía es una mirada 100% futbolera. Estoy totalmente convencido que no hay en el mundo un deportista más maradoniano que Senna. Es cierto que sus familias eran de diferentes clases sociales, pero, para lo que es el automovilismo (y sobre todo la F1), Ayrton se hizo muy de abajo. Karting, Fórmula Ford, Fórmula 3 y la escudería más humilde de la Fórmula 1. Se curtió en el barro, digamos. En un montón de aspectos, los veo reflejados. Sin ser los máximos ganadores en sus deportes (Diego ganó un solo Mundial y Pelé tres; Ayrton es tricampeón, pero hay varios pilotos con más galardones que él), esa combinación de carisma, personalidad, talento y “cercanía al pueblo” los han convertido en los atletas más populares de Sudamérica.
FOTO III. Ayrton Senna, uno de los mejores pilotos de todos los tiempos.
Por eso también busqué la opinión de un especialista en la materia. Tomás Arribas es un gran periodista tuerca, que heredó la pasión por los fierros y por Senna de su abuelo, Roberto Silvani, quien en más de una ocasión ha compartido minutos con la leyenda brasileña: “Cuando lo humano le gana a lo deportivo. Es un buen punto para intentar explicar por qué hoy, tres décadas después de su llamado a silencio, Ayrton Senna continúa despertando suspiros y generando una mística inigualable. El éxito deportivo fue la plataforma para un logro aún mayor: la trascendencia como fenómeno cultural. Hoy, Ayrton Senna es acaso uno de los orgullos más grandes del pueblo carioca”, aseguró el comunicador.
“Todo un país se
vio reflejado y representado en la bandera brasileña que Ayrton portaba cada
domingo en el podio. Y ese acto fue el gesto más leal y representativo para
la población. Senna va más allá de la Fórmula 1. Su figura se fue
agigantando con el compromiso asumido ante las cuestiones sociales que
alteraban el orden del país y el bienestar de sus compatriotas. Basta con
caminar apenas un par de cuadras por la enorme San Pablo para corroborar ese
legado tan palpable. Ni hablar una vez dentro del místico y emblemático
circuito José Carlos Pace de Interlagos”, agregó Tomás, quien en noviembre
de 2024 presenció en vivo y en directo el Gran Premio brasileño y también se
dio el lujo de visitar el sagrado lugar donde descansa el mito, la leyenda, el
número uno en la lluvia, el Rey de Mónaco.
Ese sitio al que muchísimos argentinos han
concurrido para rendirle homenaje a nuestro máximo ídolo extranjero. El mismo lugar
al que Diego, acompañado de su amigo Careca, acudió en 1998 para estar cerca,
según sus propios dichos, del mejor piloto que vio en su vida. Ayrton
Senna, o simplemente Beco: el deportista no argentino más
aclamado en estas tierras.
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